Lo que tu iris revela sobre ti: la huella ocular única que vale más de lo que imaginas

Lo que tu iris revela sobre ti: la huella ocular única que vale más de lo que imaginas

En los últimos tiempos, una tendencia ha llamado la atención en centros comerciales de todo el mundo: jóvenes haciendo fila para escanear sus ojos a cambio de tokens digitales convertibles en dinero. Lo que parece una práctica inofensiva ha encendido las alarmas de los expertos en ciberseguridad. Dicen que el iris, esa parte coloreada de nuestros ojos, es incluso más fiable que una huella dactilar. Pero, ¿qué hace que este pequeño anillo de color sea tan valioso y único?

¿Qué es el iris y cuál es su función?
El iris es la membrana pigmentada del ojo situada entre la córnea y el cristalino. Su tarea principal es regular la cantidad de luz que entra en el ojo mediante la dilatación y contracción de la pupila. Este proceso, que ocurre de manera automática, es fundamental para nuestra visión y está estrechamente vinculado a nuestra respuesta neurológica.

Según la bióloga y experta en neurociencias Conchi Lillo, la reacción del iris ante la luz no es solo una cuestión mecánica. «La pupila responde involuntariamente a neurotransmisores en el cerebro. Se dilata cuando sentimos miedo, cuando estamos bajo los efectos de ciertas sustancias o incluso cuando algo nos interesa mucho. De hecho, cuando nos enamoramos, nuestras pupilas se dilatan sin que nos demos cuenta, dándole a nuestros ojos ese brillo característico que muchos asocian con la atracción», explica Lillo.

Un patrón único e irrepetible
Cada persona tiene un iris único, lo que lo convierte en un marcador de identidad excepcional. «El color del iris, sus manchas, estrías y patrones de pigmentación son exclusivos de cada individuo, incluso en el caso de gemelos idénticos», afirma la especialista. «Ni siquiera los dos ojos de una misma persona son exactamente iguales».
Este patrón irrepetible se debe a la disposición de los melanocitos, las células responsables de la pigmentación, las cuales se combinan de manera distinta en cada individuo. De hecho, la combinación de los pigmentos marrón y anaranjado es la base del color del iris, aunque la variación en su distribución da lugar a tonalidades verdes, azules o grises.

A pesar de que la estructura del iris permanece estable a lo largo del tiempo, puede experimentar pequeños cambios. «Los melanocitos pueden redistribuirse y hacer que el color del iris varíe ligeramente, similar a lo que ocurre con la piel cuando aparecen manchas con la edad», detalla Lillo. Sin embargo, estas

alteraciones no afectan la identidad del patrón ocular.

Trastornos del iris: cuando la regulación de la luz falla
Dado que el iris controla la entrada de luz al ojo, cualquier anomalía en su funcionamiento puede impactar la visión. Algunas de las afecciones más comunes incluyen:

Iritis: inflamación del iris que causa enrojecimiento, dolor ocular y sensibilidad a la luz. Puede derivar en problemas más graves como glaucoma si no se trata a tiempo.
Uveítis: inflamación de toda la úvea, que además del iris incluye la coroides y el cuerpo ciliar. Sus síntomas incluyen visión borrosa y molestias intensas.
Aniridia: una rara condición genética en la que el iris está parcial o totalmente ausente, causando hipersensibilidad a la luz y visión reducida.
Heterocromía: ocurre cuando cada ojo presenta un color diferente o cuando hay variaciones de tonalidad dentro del mismo iris. Puede ser congénito o resultado de un trauma.
Albinismo ocular: la falta de pigmentación en el iris hace que los ojos sean extremadamente sensibles a la luz y que la visión se vea afectada.